Me tranquiliza mucho el tener la certeza de que Dios está constantemente conmigo, pero que jamás pasará por encima de nuestra libertad.
Debemos caminar y decidir por nosotros mismos, eso no quiere decir que Dios no está conmigo, sino que me ama tanto que está dentro de mí y me permite equivocarme, sin dejar de amarme.
sesiónNº 3
Rosario Pedraza López | 09.10.2011